¿Plantar un jardín es hacer arte? Parece ser que sí, puesto que se expone en una institución legitimadora como Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, como ha sucedido con el huerto en barbecho de la gijonesa Alicia Jiménez , ganador del premio LabJoven Experimenta 2010, y con las plantas nómadas del mejicano Gilberto Esparza, una jardinera robótica preparada para sobrevivir en entornos afectados por la actividad humana, que descontamina ríos a la vez que se alimenta. El artilugio de Gilberto Esparza está bien, muy justificado éticamente, con su discurso ecológico incorporado y una gran eficacia funcionalista. Incluso resulta bonito, tal y como es presentado, con su estética Pixar, bajo luz cenital y un vídeo enfrente de estupenda calidad. Al parecer, cuando le sobra energía porque ha descontaminado de más se pone a cantar, lo que podría considerarse hasta poético. Pero ¿podría decirse que es enteramente artístico? Quizá la duda se resuelva contestando que, más que al arte, pertenece a la otra categoría de Laboral, la de la creación industrial. Produzcámoslo entonces en serie. ¿Haríamos con ello un mundo mejor? (La Voz de Asturias , 28 de marzo de 2010).
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